El proyecto Seawines investiga los extractos de macroalgas para ofrecer soluciones sostenibles en la viticultura, promoviendo una viticultura ecológica y reduciendo la dependencia de fitosanitarios químicos. Además, en el proyecto se analizan aspectos como la productividad del cultivo y la calidad del vino, en línea con los objetivos del Pacto Verde europeo.
En el sector del vino, la búsqueda de soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente es un objetivo constante. En este sentido, el proyecto Seawines ha surgido como una propuesta innovadora y multidisciplinaria financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, que tiene como objetivo principal encontrar alternativas ecológicas para el tratamiento del cultivo de la vid. Para ello, se están investigando los extractos de macroalgas, específicamente del alga Rugulopteryx okamurae, una especie invasora originaria de Asia y de otra especie común en las costas españolas. El objetivo es promover una viticultura sostenible.
Estas investigaciones no solo buscan ofrecer soluciones más sostenibles y ecológicas para las vides, sino que también destacan el valor de los polisacáridos presentes en las algas como bioestimulantes en la agricultura. De esta manera, se promueve el uso de ingredientes naturales y se reduce la dependencia de los fitosanitarios químicos.
En el estudio se centran en el uso de las algas para lograr una viticultura sostenible, así se analizan en concreto dos especies de algas marinas: la Ulva ohnoi, una especie común en las costas españolas que se cultiva de forma controlada, y la Ruguloteryx okumarae, un alga invasora de origen asiático que está causando graves pérdidas económicas en el sector pesquero del Atlántico y el Mediterráneo, además de amenazar la biodiversidad costera.
Emma Cantos Villar, investigadora del centro Rancho de la Merced y coordinadora del proyecto, destaca que los polisacáridos presentes en las algas poseen un gran potencial para fortalecer el sistema inmunológico de las vides frente a hongos comunes, como el mildiu y el oídio.
En el marco del proyecto, se han realizado ensayos tanto in vitro como in vivo en invernaderos del País Vasco, lo que sugiere que estos extractos podrían ser una estrategia ecológica de gran interés para el manejo de enfermedades en la viticultura. Actualmente, se están llevando a cabo pruebas en campo en viñedos de Jerez y La Rioja para determinar las dosis y concentraciones más efectivas.
Además de evaluar la eficacia contra los hongos, el proyecto Seawines abarcará otros aspectos relacionados con la productividad del cultivo, la microbiota y fisiología de la planta, la composición y calidad de la uva, así como el impacto en la calidad del vino. Estos análisis exhaustivos permitirán comprender el alcance y el potencial de estos extractos de algas marinas en la viticultura.
El proyecto Seawines cuenta con la participación de destacadas instituciones y centros de investigación, como el centro IFAPA Rancho de la Merced en Jerez de la Frontera, Cádiz; El Toruño en Puerto de Santa María, Cádiz; el Instituto de Ciencias de la Viña y el Vino de La Rioja; Neiker, y la Universidad del País Vasco.
Los resultados preliminares obtenidos hasta ahora han generado optimismo entre los investigadores. Emma Cantos destaca que estos extractos de algas marinas podrían representar una interesante alternativa a los fitosanitarios químicos, al mismo tiempo que permiten agregar valor a los vinos ecológicos de alta calidad. Además, su uso contribuiría a reducir el impacto de la alga invasora Ruguloteryx okumarae a través de soluciones que generan valor añadido.
Es importante destacar que esta investigación se enmarca en los objetivos del Pacto Verde europeo, establecidos por la Unión Europea, que busca reducir el uso de pesticidas en un 50% para el año 2030. Además, el cambio climático plantea nuevos desafíos en la dinámica y distribución de los patógenos que afectan a los cultivos de vid, lo que requerirá soluciones fitosanitarias efectivas, ecológicas y sostenibles.