La Feria de Valladolid ha presentado en la Cámara de España en Madrid el certamen internacional dedicado al enoturismo, FINE. Este salón se destina a bodegas, territorios y colectivos profesionales implicados en el desarrollo del enoturismo. Su primera edición se celebrará los días 12 y 13 de febrero de 2020 en Valladolid.
La feria de enoturismo FINE es la firme apuesta de la Feria de Valladolid por el sector vitivinícola en su vertiente más turística. La primera edición se llevará acabo el 12 y 13 de febrero de 2020.
Bodegas, touroperadores, agencias de viajes, asociaciones, rutas, países, etc. han asistido a este encuentro en el que se han dado a conocer las líneas de trabajo del proyecto, definido como un espacio de negocios en el que se fomenten las relaciones comerciales entre las regiones vitivínicolas de Europa y los principales mercados internacionales emisores de enoturistas.
A la presentación de FINE la semana pasada en Madrid han asistido el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet; el presidente del Comité Ejecutivo de la Feria de Valladolid, Víctor Caramanzana; y el director general de la Feria, Alberto Alonso. La sommelier y periodista Meritxell Falgueras ha sido la conductora del evento.
En su intervención, el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, ha señalado que “el enoturismo es una actividad con un alto potencial de crecimiento”. Y remarcó: “No es de extrañar el interés creciente que suscita tanto en el sector público como en el privado, que están articulando medidas específicas de promoción, formación y apoyo directo, de las que la Feria Internacional de Valladolid es un magnífico ejemplo. La integración de los recursos públicos y privados a la hora de establecer políticas de desarrollo, crear producto, marca y realizar actividades de promoción tanto nacional como internacional, juega un papel capital en la expansión del enoturismo”.
Alberto Alonso, director general de la Feria de Valladolid, ha explicado que la creación de FINE obedece “a la voluntad de ofrecer a bodegas, denominaciones, rutas y en general a las empresas que venden enoturismo, una feria en la que gestionar contactos y acuerdos comerciales que permitan seguir creciendo. El enoturismo es un segmento de actividad de gran importancia y con magníficas perspectivas de desarrollo. Y nosotros queremos ser cómplices de quienes trabajan con el ese objetivo”.
En este sentido, el presidente del Comité Ejecutivo de la Feria de Valladolid, Víctor Caramanzana, ha manifestado que “somos muy conscientes de la importancia del enoturismo en España y queremos que FINE sea una herramienta que permita a los empresarios del sector continuar creciendo”.
El formato de FINE, Feria Internacional de Enoturismo
La estructura de FINE estará enfocada a generar encuentros de negocios en diferentes escenarios: un área de exposición comercial y de promoción, espacios de reuniones, transferencia de conocimiento y zonas para encuentros agendados y espontáneos.
Bodegas y territorios enoturísticos serán los principales referentes del área de exposición de FINE, donde también podrán participar clústers empresariales, denominaciones de origen, turismo MICE (reuniones, incentivos, conferencias y exhibiciones), agencias de turismo receptivo y colectivos profesionales.
La Feria de Valladolid señala que ha contado con el apoyo de importantes bodegas de Ribera del Duero y Rueda a la hora de dibujar la estructura de FINE: Abadía Retuerta, Matarromera, Pago de Carraovejas, Protos e Yllera colaboran en esta iniciativa que, como subraya Alonso, “tiene como objetivo ofrecer a las empresas elementos de trabajo que favorezcan el crecimiento del enoturismo”.
Ya se han sumado también a FINE bodegas como Osborne, Montecillo, Osborne Toledo y Bodegas Mora, Enate, el grupo Marqués de Vargas con las bodegas Pazo de San Mauro y Conde de San Cristóbal, Dehesa de los Canónigos, Grupo Faustino con Bodegas Portia y Campillo, y la ruta enoturística Utiel-Requena.
Una vez definida la oferta expositiva, FINE trabaja en la figura del visitante profesional cuyo perfil es el de agentes que comercializan productos enoturísticos en los mercados nacionales e internacionales.
Hasta esta fecha han confirmado su participación en la primera edición de FINE compradores procedentes de Portugal, Suecia, Holanda, Reino Unido, Suiza, Francia, Noruega y Estados Unidos, así como touroperadores y agencias de diferentes regiones españolas.
Datos sobre el enoturismo en España, Portugal, Francia e Italia
Esta forma de turismo que aúna cultura, patrimonio, vino, gastronomía y experiencias mantiene una clara línea ascendente. Según los datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino, en 2018 las rutas del vino recibieron 3,2 millones de visitantes que generaron un impacto económico de 67 millones de euros. La mayoría de esos visitantes, el 73,8 por ciento, son españoles.
En España hay 28 rutas repartidas por once comunidades autónomas: Castilla y León cuenta con 7, Aragón con 4, Andalucía y Murcia con 3, dos en Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco y La Rioja y una en Galicia, Extremadura y Navarra.
Las bodegas y museos con mayor número de visitantes corresponden a las rutas del Vino y Brandy del Marco de Jerez, con más de 500.000, y la ruta del Vino y el Cava del Penedés con 486.000, respectivamente. A continuación figuran Ribera del Duero, Empordà, Calatayud, Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rías Baixas, con más de 100.000 enoturistas anuales.
La incidencia del enoturismo en los territorios donde se asientan bodegas, museos, restaurantes y alojamientos requiere, en opinión de los expertos, actuaciones coordinadas desde el ámbito público y privadopara garantizar el éxito de un sector que conjuga tres pilares fundamentales en la economía del país: turismo, vino y gastronomía.
La Agencia de Desarrollo del Turismo francés cifró en diez millones el número de enoturistas en 2016 y de ellos el 42 por ciento eran extranjeros. El impacto económico se estima en más de 5.000 millones de euros. Las zonas más visitadas eran Burdeos, con un 18 por ciento del total, Champagne (17,2), Alsacia (16,9), Borgoña (16,2), Loira (13) y Valle del Ródano y Provenza con el 11,5 por ciento.
Las cifras de Italia, el segundo productor mundial de vino, sitúan en torno a 5 millones anuales el número de enoturistas extranjeros en sus 170 rutas. Valpolicella, Toscana, Barolo, Módena, Reggio Emilia… son algunos de los destinos enoturísticos del país.
Y Portugal ha anunciado inversiones por valor de 60 millones de euros en proyectos enoturísticos para el periodo 2019-2021, conscientes de que el principal motor del crecimiento del sector vitivinícola en el país será el turismo. En 2018 recibieron 2,5 millones de enoturistas, de los cuales un millón visitaron las bodegas de Oporto.