Las labores de recolección que comenzaron en septiembre se han complicado debido a las intensas lluvias registradas en la zona. A pesar de esto, la DO Ribera del Duero ha finalizado una de sus mejores vendimias, solo por detrás de las de 2016 y 2018. La cosecha 2020 se ha cerrado con 123.100.000 kilos de uva de buena calidad que darán como resultado vinos con una intensa carga aromática, frescura y buena estructura.
La vendimia en Ribera del Duero ha llegado a su fin, con la entrada de los últimos kilos de uva en las 292 instalaciones de 310 bodegas. La cosecha se ha cerrado con 123.100.000 kilos de uva, con 122.007.575 de variedades tintas, tempranillo por encima de todo, y casi 1,5 millones de variedades blancas, principalmente albillo mayor.
A pesar de las adversidades, esta vendimia rara y muy larga se ha saldado positivamente, sin grandes acontecimientos. Esta es la tercera mayor cosecha de la historia de la DO, tras las de 2016 (133.112.138 kg) y la de 2018 (125.438.801 kg), y por encima de la de 2014 (122.324.673 kg).
“Ha sido la vendimia más difícil a la que nos hemos enfrentado. Pero la responsabilidad, el compromiso y la enorme implicación de nuestros bodegueros y viticultores han hecho posible que se haya desarrollado con relativa normalidad, preocupados principalmente por la meteorología. Agradezco y aplaudo la profesionalidad y humanidad de nuestros operadores. Se han adelantado y han previsto cada situación posible”, afirma Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
“El excepcional trabajo desarrollado en el viñedo previo a la vendimia ha permitido que se haya recogido una uva en excelentes condiciones sanitarias. Los protocolos activados para controlar la pandemia y las medidas que han adoptado voluntariamente para el control de la Covid-19, han logrado que no hayamos vivido episodios preocupantes. Es un orgullo representar a esta Denominación de Origen”, concluye.
La vendimia arrancó en Ribera del Duero el pasado 10 de septiembre, con el comienzo de la recolección de uva en las instalaciones de la comarca vallisoletana, aunque solo una bodega había comenzado días antes. Las intensas precipitaciones que cayeron en todo el territorio de la DO durante las siguientes semanas, con una media de 60 litros por metro cuadrado, retrasaron el inicio de las labores de recolección, que se activaron una vez paró la lluvia, aunque se vieron interrumpidas en varias ocasiones por este mismo fenómeno.
La campaña ha sido por eso excepcionalmente extraña, se ha dilatado más que en los últimos años y se ha desarrollado en episodios, muy influida por la meteorología. Afortunadamente las lluvias dejaron paso a rachas de viento que secaron los racimos, evitando las temidas enfermedades, y dejando una uva sana y de calidad que maduró más lentamente pero que presenta interesantes características y un gran potencial.
Las primeras catas dejan constancia de las infinitas posibilidades de los vinos que se elaboren con la uva de la cosecha 2020. Los jóvenes que están ahora mismo en fermentación son frescos, estructurados, y con una gran carga aromática y de color.
Una vendimia en pandemia
La vendimia se ha desarrollado además en una situación sanitaria extrema, en plena pandemia de Covid-19, lo que ha exigido extremar las medidas de control para evitar episodios de enfermedad.
La Denominación de Origen Ribera del Duero se sumó a la campaña impulsada por la Junta de Castilla y León para realizar la toma de muestras para pruebas PCR a los temporeros que venían a trabajar a la región procedentes de otra zona básica de salud, principalmente a los llegados de otras Comunidades Autónomas o países. El Consejo Regulador participó con el objetivo de facilitar el acceso a estas pruebas a aquellos operadores inscritos y empresas que, por causas bien económicas o de falta de disponibilidad, tuvieran dificultad en realizar dichas PCR a sus temporeros, iniciándose las tomas justo en el comienzo de la vendimia.
Para poder beneficiarse de esta campaña ha sido requisito la existencia de un contrato activo, para garantizar el cumplimiento de la normativa laboral.
Además, como complemento esencial a la toma de muestras, y para garantizar la seguridad, se ha creado un “Arca de Noé”, un espacio para cobijar a los temporeros diagnosticados como positivos en Covid-19, asintomáticos o con síntomas leves, de manera que dispusieran de un lugar seguro y adaptado para pasar el confinamiento. Esta instalación fue resultado del acuerdo entre el Consejo Regulador, el Ayuntamiento de Aranda de Duero y el Hospital Santos Reyes de esta localidad.
Proceder ejemplar de las bodegas y viticultores
Aunque esta opción se brindó a todos los operadores inscritos de la DO, una gran parte de ellos tenían diseñado, desde meses atrás, su propio protocolo para garantizar que la vendimia se desarrollase en condiciones sanitarias óptimas. Muchos de los asociados ya habían previsto, con anterioridad al inicio de la vendimia, realizar PCR al personal que contrataron. Incluso habían dispuesto instalaciones para confinar a los asintomáticos.
También se ha podido comprobar cómo en esta campaña se ha incrementado el número de vendimiadores locales, con la contratación principalmente de trabajadores residentes en la zona donde se ubica la bodega.
Como resultado sólo ha sido necesario realizar pruebas, utilizando el mecanismo dispuesto entre la Consejería de Agricultura y el Consejo Regulador, a 234 temporeros. En las tomas de muestras realizadas por el Consejo se detectaron tan solo 4 positivos, pero ninguno de ellos necesitó utilizar el “Arca de Noé”, puesto que las bodegas o viticultores contratantes ya tenían prevista esta circunstancia y disponían de instalaciones donde confinarles. Finalmente, el Arca de Noé ha tenido que ser utilizado al detectarse un temporero con síntomas, casi ya concluida la vendimia.
Gracias al compromiso de los operadores de Ribera del Duero con la seguridad y la salud esta campaña de vendimia se ha desarrollado con tranquilidad relativa, siendo los mayores sobresaltos los meteorológicos.
Un año difícil para el sector del vino
2020 será recordado como el periodo más incierto, imprevisible y complicado de la última década por los profesionales del sector del vino. Las medidas que afectan a la hostelería y el confinamiento nacional e internacional han frenado ventas y exportaciones, aunque las bodegas de Ribera del Duero siguen abriendo puertas y buscando fórmulas para comercializar sus vinos y hacérselos llegar al consumidor.
Gran parte de las elaboradoras han puesto en marcha su propio espacio de venta online, tiendas que el Consejo Regulador ha agrupado en un nuevo espacio web dedicado a la venta.
La Asociación de Bodegas de la DO (Asebor) ha puesto en marcha, con la colaboración del Consejo Regulador, la plataforma Just Ribera, un lugar donde acceder a una gran selección de vinos de sus bodegas asociadas.
A estas iniciativas para acercar el vino al consumidor, se unen las campañas de comunicación del propio Consejo Regulador, que han contado con la colaboración de prescriptores de la talla de Najwa Nimri, Manuela Velasco, Sidonie, El Kanka, Quim Gutiérrez, Silvia Abril o Shinova.
La Denominación de Origen además tiene previsto desarrollar varias acciones con la hostelería, el sector hermano de las bodegas ribereñas, dirigidas siempre a apoyarles en estos momentos tan difíciles.
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[…] En palabras de Enrique Pascual, Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero: “La vendimia 2020 fue larga, muy dura, con una climatología que dejó continuos episodios lluviosos, obligando a parar la recogida en varias ocasiones. Hay que tener en cuenta, además, que esta última vendimia se desarrolló en pandemia, con la aplicación de estrictas medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores. Afortunadamente la profesionalidad y responsabilidad de bodegas y viticultores hizo posible una vendimia tranquila en lo sanitario, y un poco más ajetreada en lo puramente agrario, que se cerró con más de 123 millones de kilos de una uva de gran calidad”. […]