Con presencia en más de 100 países, la exportación se ha convertido en una de las prioridades de las bodegas de Ribera del Duero, como demuestra el hecho de que 236 bodegas, de las 307 inscritas, tuvieron actividad exportadora en 2021 y su volumen de ventas ha crecido un 20,1% respecto a 2020.

El Consejo Regulador de la Ribera del Duero ha mostrado las cifras de crecimiento de las exportaciones de los vinos de la Denominación correspondientes a 2021. Durante el último año, la Denominación Ribera del Duero ha experimentado un crecimiento del 20,1% en términos comparativos. Un balance muy satisfactorio teniendo en cuenta la situación de pandemia experimentada también durante 2021.

Los vinos de las bodegas de la Denominación de Origen Ribera del Duero son valorados de manera muy positiva por los consumidores internacionales, reconociéndose por su calidad y diversidad, lo que pronostica un crecimiento progresivo en los mercados internacionales. De hecho, la exportación se ha convertido en una de las prioridades de las bodegas de Ribera del Duero, como demuestra el hecho de que 236 bodegas, de las 307 inscritas, tuvieron actividad exportadora en 2021.

En concreto, la Denominación exporta un 18,2% del total de su producción (13.683.824 millones de litros), con un crecimiento importante y sostenido que permite tener grandes perspectivas futuras. En la actualidad, Ribera del Duero está presente en un centenar de países y en cinco continentes.

Sobre estos datos, Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, declara que “ciertamente es un balance satisfactorio, conseguimos ganar posicionamiento a pesar de las circunstancias, es señal de que el trabajo realizado está dando sus frutos y de que el esfuerzo de las bodegas recibe su recompensa. Somos conscientes de que hay camino por andar, pero la dirección es la correcta”.

Crecimiento en volumen y en valor de mercado

«Lo realmente importante», tal y como destaca el comunicado de la DO Ribera del Duero, «más allá de las cifras de ventas, es que los vinos de Ribera del Duero se comercializan en el nicho de vinos de calidad, lo que quiere decir que el valor añadido por botella es mayor, por lo que además de ganar presencia, se ha generado prestigio y reconocimiento».

Así, las exportaciones de vinos de bodegas amparadas por la Denominación de Origen crecen de forma general en la mayoría de los países en los que están presentes, destacando de manera significativa la evolución creciente durante el último año que han experimentado mercados como el de Estados Unidos (con un incremento del 30% sobre el volumen de 2020), México (+28%), China (+37%), Dinamarca (+41%) o Reino Unido (+34%).

En este sentido, el presidente de la Denominación Ribera del Duero detalla que “exportamos nuestros mejores vinos, cada vez más valorados en los mercados internacionales. Y es que no se trata de vender mucho, sino de vender bien. De adquirir valor, de ser considerados y reconocidos por la calidad y la diversidad, tanto por parte de los consumidores como del sector distribuidor y comercializador internacional. El balance es positivo por esta razón, porque estamos creciendo tanto en volumen como en valor”.

Para 2022, El Consejo Regulador tiene entre sus objetivos prioritarios la promoción internacional. En la actualidad se desarrollan campañas de promoción en once países: EEUU, Canadá, México, Puerto Rico, China, Suiza, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Países Bajos y Bélgica, que representan el 76,1% del total del volumen de exportación de vinos de Ribera del Duero.

40 años de trayectoria de la Denominación de Origen Ribera del Duero

La Denominación nació el 21 de julio de 1982. Desde entonces, las bodegas impulsaron los revolucionarios vinos jóvenes roble. Buscando nuevas formas de expresión, los profesionales de Ribera del Duero son expertos en el arte del envejecimiento, experimentando con los tiempos de crianza y creando vinos fuera de las categorías tradicionales, siendo hoy en día una de las regiones más creativas y diversas del mundo.

El catálogo de tintos, blancos y rosados de la Denominación de Origen ofrece la oportunidad de disfrutar de todo tipo de vinos, desde aquellos de tendencia más clásica hasta los de perfiles más innovadores, expresando todos ellos el carácter de un terruño único. Y es que los viticultores y enólogos son verdaderos maestros en buscar el potencial y las diferentes expresiones de las variedades principales de Ribera del Duero, la Albillo Mayor y la Tinta del País.

Una Denominación que apuesta por la cultura

Ribera del Duero es una Denominación de Origen de referencia, pionera en su apuesta por la cultura, en su vinculación con el cine, la música y el arte. En este contexto, el Consejo Regulador ha sido precursor de acciones dirigidas al consumidor más joven, convirtiéndose en la primera DO patrocinadora de un festival de música (Sonorama Ribera) y en la primera en introducir barras específicas de vinos de bodegas en eventos multitudinarios. Ribera del Duero ha creado, además, un certamen literario referencial, el más prestigioso del mundo de cuantos se dedican al relato en español, el Premio Internacional Ribera del Duero que está a punto de culminar su VII edición.

La unión del Consejo Regulador es un ejemplo del compromiso de Ribera del Duero con la historia, la sociedad y el futuro con festivales cinematográficos como Seminci, el Internacional de Cine Fantástico de Sitges, o los Premios Feroz, además de su apuesta por la conservación del patrimonio y la investigación, apoyando a Fundación Atapuerca y a la Universidad de Valladolid y el Yacimiento Arqueológico de Pintia.

En palabras del Master of Wine Tim Atkin, “Ribera del Duero es uno de los casos de éxito más destacados del mundo del vino. No todo es perfecto, pero debemos admitir que en sólo cuatro décadas ha logrado cosas impresionantes. Y lo mejor está por venir”.

Asimismo, el Consejo Regulador se implica también en todo lo relacionado con la protección y cuidado del medio ambiente, siendo las bodegas un modelo de sostenibilidad, con una viticultura responsable que minimiza el impacto ambiental, integrándose en el medio. La Ribera del Duero es ejemplo de viticultura, enología y producción sostenible, de compromiso con la naturaleza, con los consumidores y con el legado de las generaciones futuras.