Esta es una de las conclusiones del primer año de un proyecto de investigación sobre el impacto del riego en la calidad de los vinos elaborados con uva blanca Macabeo, que está llevando a cabo el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex). El estudio concluirá en 2018.
Un grupo de especialistas en viticultura y enología del centro extremeño ha analizado los datos procedentes de un campo de ensayo en el que, durante la campaña de 2016, se han utilizado cuatro estrategias de riego: una de secano, otra de riego continuo desde el cuajado del fruto a la vendimia, una tercera en la que el riego solo se ha aplicado del cuajado al envero (inicio de maduración) y, en la última, el riego ha tenido lugar del envero a la vendimia.
Los resultados del estudio revelan que, en los tres casos en los que aplicó el riego, se obtuvo un incremento de producción respecto al cultivo de secano, siendo ese aumento del 38% en el caso del riego continuo desde el cuajado del fruto hasta la vendimia, del 19% en la parte de la parcela en la que se aplicó el riego del cuajado al envero y del 11% en la que el riego se utilizó del envero a la vendimia.
Una vez recolectadas, las uvas obtenidas de los diferentes tratamientos se han vinificado en las instalaciones del Cicytex. De este modo, se ha constatado que las bayas procedentes de cepas regadas presentan una mayor acidez y un menor contenido fenólico y, por tanto, dan lugar a vinos con menor intensidad de color y mayor acidez. En este sentido, el estudio señala que, desde el punto de vista enológico, el mejor resultado se ha obtenido con el vino elaborado con las uvas sometidas al riego solo durante el periodo inicial (del cuajado del fruto al envero).
Otros resultados interesantes del estudio
Asimismo, los investigadores del Cicytex han comprobado que, durante el periodo de maduración de la uva, la acumulación de azúcares y ácidos (relacionados con el grado alcohólico y acidez del vino, respectivamente) y de otras sustancias importantes para el color y aroma (polifenoles, terpenos y aminoácidos) se produce a diferente velocidad en función del estado hídrico de la cepa. Ello implica que, para obtener vinos de similar grado alcohólico, las fechas de vendimia deben ser diferentes. Por otra parte, los analistas del centro extremeño constataron que, en uvas de similar contenido azucarado en el momento de la vendimia, las bayas de los tratamientos regados presentaron mayor peso y mayor acidez.
En este análisis, hay que tener en cuenta que 2016 fue un año muy interesante desde el punto de vista climático, pues en verano se registraron altas temperaturas y muy pocas lluvias. Para un viñedo de secano, el estrés hídrico y las elevadas temperaturas son aspectos perjudiciales que inciden en los matices de color y aroma de vinos elaborados con variedades blancas, así que la aplicación del riego mitigó ese estrés hídrico y mejoró el estado de las cepas.
Por lo tanto, a la luz de todos estos resultados, se puede concluir que el riego es una herramienta útil para la rentabilidad del viñedo ya que incrementa la producción y permite potenciar los atributos de la uva blanca Macabeo en la elaboración de vinos. No obstante, este es solo el primer año de un estudio que está financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Inia) y cuyas conclusiones finales se conocerán dentro de dos años, tras el análisis de los datos obtenidos en tres campañas distintas (2016, 2017 y 2018).