Rusia por fin ha descartado incluir el vino en el embargo a las importaciones de alimentos perecederos procedentes de la Unión Europea, Estados Unidos y otros países, en respuesta a las sanciones occidentales contra Moscú por su papel en la crisis ucraniana.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, decretó extender por un año el veto a las importaciones de alimentos perecederos de UE, Estados Unidos, Noruega, Canadá y Australia, pero entre ellos no se encuentra el vino.

«Aún no producimos tanto vino como para satisfacer plenamente la demanda del consumidor nacional», dijo , a un grupo de periodistas el ministro de Agricultura ruso, Alexander Tkachov, al negar que el Gobierno tenga planes incluir nuevo productos en el embargo.
En los últimos días varios medios rusos apuntaron la posibilidad de que el veto a las importaciones podría hacerse extensivo al vino, al chocolate y a los dulces en general.

Una organización de vinicultores de la península de Crimea, anexionada por Rusia el año pasado, solicitó al Gobierno incluir el vino en la lista de los productos sujetos al embargo.

«A nosotros lo que nos importa son los intereses de los consumidores, y si vetamos el vino, o los dulces, ello puede influir negativamente en la situación alimentaria del país», dijo Tkachov

El pasado 24 de junio, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, decretó extender por un año el veto a las importaciones de alimentos perecederos de UE, Estados Unidos, Noruega, Canadá y Australia. Esta medida se anunció tras la prolongación seis meses más por parte de la Unión Europea hasta el 31 enero de este año, sus sanciones económicas contra Rusia.