Genéticamente Rebeldes tinto y Genéticamente Rebeldes blanco son los dos nuevos vinos solidarios que lanza la Bodega valenciana Sierra Norte. Un porcentaje de los beneficios obtenidos por su venta irá destinado al proyecto ‘La Mare que va’ de la Fundación Asindown para ayudar en la inserción social y laboral de jóvenes con síndrome de Down y discapacidad intelectual. Los vinos toman el nombre del lema de la propia fundación, son dos vinos, un tinto (100% Bobal) y otro blanco (Verdejo y Macabeo), ambos ecológicos y veganos.

Tecnovino Genéticamente Rebeldes

Genéticamente Rebeldes es la marca de vinos solidarios que Bodega Sierra Norte ha elaborado para colaborar con Fundación Asindown y que ya está en el mercado. Un porcentaje de los beneficios de este vino se destinará al proyecto, ‘La Mare que va’, un espacio en La Marina de Valencia que ofrecerá formación en hostelería y restauración a personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual, para contribuir a su integración social y laboral.

La bodega valenciana lleva tiempo implicada en diferentes proyectos con Asindown y de esta colaboración surgió la idea de dinamizar la captación de fondos desde la creación de unos vinos solidarios. Tras meses de trabajo para elegir el perfil de vino y su identidad de marca, han nacido estos dos vinos, uno blanco y uno tinto, para cuyo nombre se ha elegido el lema de la propia Fundación.

Tecnovino Genéticamente Rebeldes tinto

Genéticamente Rebeldes tinto es un 100% Bobal, cuyas uvas proceden de viñedos viejos de más de 60 años. Este vino, de alta expresión, cuenta además con 6 meses de paso por barrica de roble francés. En cata, los aromas son a frutos rojos y negros, con un toque de regaliz y ligeros tostados de la barrica. Un vino equilibrado, de personalidad muy mediterránea.

Tecnovino Genéticamente Rebeldes Blanco

Por su parte, Genéticamente Rebeldes blanco, es un vino elaborado con un copauge en el que predomina la uva Verdejo, matizada con un porcentaje de Macabeo. Se trata de un vino aromáticamente muy expresivo, con recuerdos a flores blancas, fruta de verano, como el albaricoque, y cítricos. En él destaca sobre todo su frescura y una complejidad fruto de una leve crianza en depósito, sobre sus lías finas, durante dos meses.

Los vinos, que además son ecológicos y veganos, se pueden encontrar ya en tiendas especializadas, en grandes superficies como El Corte Inglés, Alcampo y Carrefour, y en canales de venta online de vino.

Construir este proyecto junto a Fundación Asindown ha sido muy enriquecedor, ya que nos ha permitido conocer de manera muy personal el trabajo que realizan para la inclusión social y laboral para las personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual. Saber que parte de nuestro trabajo irá destinado a impulsar su labor es realmente satisfactorio para todo el equipo de Sierra Norte”, afirma Ricardo Calatayud, director comercial de la bodega.

Por su parte, desde Asindown aseguran que haber trabajado con Bodegas Sierra Norte ha supuesto un acercamiento del sector vinícola a los valores de las personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual, abriendo un nuevo abanico de desarrollo y posibilidades laborales para los usuarios y usuarias de la Fundación.

Estos vinos significan inclusión, igualdad, oportunidades y derechos para todas las personas que forman parte de este colectivo y por ello tienen un valor diferencial ha afirmado Luis Pérez, Coordinador del área de Marketing de Asindown.

Formación en el sector hostelero

Los vinos Genéticamente Rebeldes contribuirán a dinamizar económicamente el proyecto ‘La mare que va’, que Fundación Asindown presentará tras el verano. Se trata de una propuesta de formación en la que llevan trabajando varios años y cuyo desarrollo se vio interrumpido por la pandemia.

A través de esta iniciativa, Fundación Asindown formará en hostelería y restauración a chicos y chicas con síndrome de Down y discapacidad intelectual, con el objetivo de contribuir a su inserción social y laboral, así como visibilizar sus capacidades.

Pero Asindown quiere ir un paso más allá, ya que ‘La mare que va’ se proyecta, además de cómo escuela, como un espacio multidisciplinar en torno a la inclusión, que busca aunar el mundo de la cultura, el tejido empresarial y las administraciones públicas, como punto clave de reunión y convivencia, y con un ambiente que favorezca la colaboración y la inclusión.