La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha dado a conocer su informe sobre la situación vitivinícola mundial, donde también hacen un análisis preliminar de los efectos de la pandemia de COVID-19 en el mundo del vino. Sobre las cifras de 2019 señalan que la superficie del viñedo mundial se estima en 7,4 mill. ha, estable desde 2016. En cuanto a la producción mundial de vino, excluidos zumos y mostos, se estima en 260 mill. hl, que es una marcada disminución si se compara con la producción históricamente alta de 2018, aunque en realidad se vuelve a una media más cercana a otros años. Hay alusión también a las primeras estimaciones de producción de vino en el hemisferio sur indican una previsión de volúmenes bajos para 2020 en la mayoría de los países (con excepción de Sudáfrica y Uruguay).
Mediante conferencia web, Pau Roca director general de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) presentó el 23 de abril pasado la información referida a la situación del vino en cuanto a producción, consumo y comercio internacional de vino en 2019. Aquí están sus principales cifras y su análisis.
La superficie del viñedo se estabiliza
En 2019, el tamaño del viñedo mundial, que corresponde a la superficie total de viñedo para todas las utilizaciones (vino, uvas de mesa y pasas), inclusive vides jóvenes aún no en producción, se estima en 7,4 mill. ha.
Comenzando con el hemisferio norte, se puede observar una estabilidad general en los viñedos de la Unión Europea (UE), que permanecen por quinto año consecutivo en 3,2 mill. ha.
Dentro de la UE, los últimos datos disponibles para 2019 indican un incremento en la superficie del viñedo en Francia (794 m. ha), Italia (708 m. ha), Portugal (195 m. ha) y Bulgaria (67 m. ha). La superficie del viñedo en España (966 m. ha), Hungría (69 m. ha) y Austria (48 m. ha), por otro lado, disminuyeron ligeramente con respecto a 2018.
En Asia oriental, tras 10 años de significativa expansión, el crecimiento del viñedo de China (855 m. ha), segundo en el mundo en superficie, solo detrás de España, parece estar disminuyendo.
En Estados Unidos, el viñedo se ha estado reduciendo sistemáticamente desde 2014, y su superficie estimada en 2019 es de 408 m. ha.
En América del Sur, las evoluciones en la superficie de viñedo entre 2018 y 2019 mostraron una tendencia a la baja por cuarto año consecutivo.
La única excepción en el continente la constituye Perú, que incrementó en 7,1 m. ha (+17 %/2018) su superficie de viñedo, alcanzando 48 m. ha.
La superficie del viñedo de Sudáfrica permaneció estable con respecto a 2018, en 128 m. ha.
En Australia, la superficie de viñedo permaneció estable en 146 m. ha en 2019, en Nueva Zelanda la superficie creció un 1,6 % alcanzando un pico récord de 39 m. ha.
Una producción que vuelve a la media tras la histórica cosecha de récord de 2018
En lo que se refiere a la situación del vino sobre la producción mundial de vino, excluidos zumos y mostos, en 2019 se estima en 260 (259,0) mill. hl, que representa una notable disminución de 35 mill. hl (-11,5 %) con respecto al volumen excepcionalmente alto registrado en 2018. Esta producción es la obtenida a partir de uvas cosechadas al principio de 2019 en el hemisferio sur y a fines de 2019 en el hemisferio norte. En líneas generales, tras dos años consecutivos que pueden definirse como sumamente volátiles, en 2019 la producción de vino ha vuelto a sus niveles medios. Italia (47,5 mill. hl), Francia (42,1 mill. hl), y España (33,5 mill. hl), que juntos representan el 48 % de la producción mundial de vino en 2019, experimentaron una importante reducción en su producción de vino con respecto a 2018.
Todavía dentro de la UE, otros países que registraron una disminución en la producción con respecto a 2018 son Alemania (9,0 mill. hl, -12 %), Rumanía (5,0 mill. hl, -4 %), Austria (2,5 mill. hl, -10 %), Hungría (2,4 mill. hl, -34 %) y Grecia (1,9 mill. hl, -8 %).
El único país de la UE que, en 2019, experimentó un incremento en su producción de vino es Portugal, con 6,7 mill. hl (+10 %/2018).
En Europa Oriental, las condiciones climáticas fueron favorables en Rusia (4,6 mill. hl, +7 %/2018) y Ucrania (2,1 mill. hl, +6 %/2018), mientras que en Moldavia la vendimia fue menos abundante en 2019 y la producción de vino fue equivalente a 1,5 mill. hl (-23 %/2018).
En Asia, los nuevos datos disponibles para China indican una producción de vino estimada de 8,3 mill. hl en 2019, lo que representa una disminución del 10 % con respecto al nivel de producción ya relativamente bajo de 2018.
En América del Norte, la producción de vino en EE.UU. se estima en 24,3 mill. hl, una disminución del 2 % comparada con 2018. Parece que la ligera disminución de 2019 no depende de las condiciones climáticas adversas o de los incendios incontenibles que tuvieron lugar en California en octubre (la vendimia se realizó justo antes), sino que es una reacción para contrarrestar una sobreoferta de uvas y vino.
En América del Sur, la tendencia general para la producción de vino en 2019 es negativa con respecto a 2018. Sin embargo, mientras que en Argentina (13,0 mill. hl) y en Chile (12,0 mill. hl) las producciones de vino de 2019 fueron inferiores con respecto a 2018, pero en líneas generales similares o incluso superiores a sus medias quinquenales, Brasil (2,0 mill. hl) registró una notable reducción en su producción de vino en 2019 en más de 1 mill. hl (-34 %/2018).
En Sudáfrica, la producción de 2019 alcanzó los 9,7 mill. hl. Esto representa un aumento del 3 % con respecto al bajo volumen registrado en 2018, pero está lejos de los niveles de producción medios registrados antes del comienzo de la sequía que impactó notablemente en el país durante tres años seguidos (2016, 2017 y 2018).
Con respecto a Oceanía, la producción de vino de Australia registra una reducción por segundo año consecutivo, alcanzando los 12,0 mill. hl en 2019 (-6 %/2018). En Nueva Zelanda, la producción de vino fue de 3,0 mill. hl en 2019, una ligera disminución de un 1 % con respecto a 2018.
Ligero aumento del consumo mundial de vino
El consumo mundial de vino en 2019 se estima en 244 mill. hl, registrando un aumento del 0,1 % en comparación con 2018.
Sin embargo, cabe señalar que, debido al margen de error en el seguimiento del consumo mundial de vino, esta cifra debe ser considerada con precaución.
EE.UU. confirma su primer puesto mundial entre los países consumidores de vino también en 2019, alcanzando un pico récord de 33,0 mill. hl.
Con respecto a China, el consumo de vino de 2019 se estima en 17,8 mill. hl, lo que representa una caída del 3,3 % con respecto a 2018. A la luz de esta reducción por segundo año consecutivo, el rápido crecimiento del consumo que ha caracterizado estos últimos 20 años parece llegar a su fin.
Japón es el segundo país con mayor consumo de vino en Asia (y el decimoquinto en el mundo), registrando un nivel de consumo estable por sexto año consecutivo con 3,5 mill. hl.
En América del Sur, el consumo general de vino aumentó en 2019 con respecto a 2018, con Argentina en 8,5 mill. hl (+1,3 %), Brasil en 3,3 mill. hl (+0,5 %), y Chile en 2,4 mill. hl (+4,6 %).
Se registró una reducción en el consumo en Sudáfrica (4,0 mill. hl, -6,2 %/2018), que vuelve a su nivel de 2014 tras cuatro años consecutivos en una cifra superior a 4,3 mill. hl.
En Australia, el consumo de vino se estima en 5,9 mill. hl, un valor similar a los altos niveles observados en 2017 y 2018.
Expansión del comercio internacional de vino
En 2019 la situación del vino en cuanto al mercado de la exportación mundial –considerado aquí como la suma de las exportaciones de todos los países– ha aumentado con respecto a 2018 tanto en volumen, estimado en 105,8 mill. hl (+1,7 %), como en valor, con 31.800 mill. EUR (+0,9 %). Esta cifra se obtiene sobre la base del seguimiento de 92 países a través de los datos aduaneros de Global Trade Atlas, puntualizan desde OIV.
Se pueden observar grandes incrementos en las exportaciones de Italia (+2,0 mill. hl), España (+1,3 mill. hl), Canadá (+0,4 mill. hl) y Chile (+0,3 mill. hl). Sin embargo, se registraron significativas reducciones en las exportaciones para Australia (-1,1 mill. hl), Sudáfrica (-1,0 mill. hl), Ucrania (-0,4 mill. hl) y Hungría (-0,3 mill. hl).
En 2019, el valor mundial de las exportaciones de vino sigue una tendencia al alza sostenida que comenzó en 2010 y alcanza un nuevo pico récord. Francia se confirma una vez más como el mayor exportador mundial en términos de valor, con 9800 mill. EUR exportados en 2019. Hubo aumentos en el valor de las exportaciones en muchos grandes países exportadores como Francia (+425 mill. EUR), Italia (+211 mill. EUR), y Nueva Zelanda (+84 mill. EUR). Las mayores disminuciones se registraron en España (-234 mill. EUR) y Sudáfrica (-73 mill. EUR).
En 2019, el comercio internacional de vino en términos de volumen estuvo principalmente dominado por tres países europeos (Italia, España y Francia) que juntos exportaron 57,1 mill. hl, lo que representa el 54 % del mercado mundial.
En 2019 los tres principales importadores en términos de volumen fueron Alemania, Reino Unido y EE.UU., que juntos importaron 40,4 mill. hl, alcanzando así un 38 % del total mundial. Estos tres países representan el 39 % del valor total de las importaciones mundiales de vino, alcanzando los 11.900 mill. EUR.
El primer importador en 2019 sigue siendo Alemania con 14,6 mill. hl, incluso si su volumen de importación de vino disminuyó en un 0,6 % en comparación con 2018.
China, por segundo año consecutivo experimentó una significativa reducción en sus volúmenes importados (-11 %/2018), alcanzando los 6,1 mill. hl en 2019. En términos de valor, la tendencia es similar, con una caída general del 9,7 % con respecto a 2018, alcanzando los 2100 mill. EUR. La única categoría que aumentó tanto su volumen (+8 %) como su valor (+8 %) es el vino espumoso, a pesar de que representa solo el 2 % del volumen importado total.
Estimaciones iniciales de la vendimia 2020 en el hemisferio sur
Las primeras estimaciones de producción de vino en el hemisferio sur indican una previsión de volúmenes bajos para 2020 en la mayoría de los países, con excepción de Sudáfrica y Uruguay.
En 2020, se prevé una reducción en los volúmenes de producción en todos los países de América del Sur, con excepción de Uruguay. En Argentina, la producción estimada es de 11,6 mill. hl (-11 %); en Chile, 10,5 mill. hl (-12 %) y en Brasil, 2,0 mill. hl (-1 %), mientras en Uruguay, de 0,65 mill. hl (+11 %).
Sudáfrica parece seguir una tendencia de recuperación desde la sequía y prevé un aumento del 5 % con respecto al año pasado, alcanzando los 10,2 mill. hl.
En Oceanía, Australia prevé un nivel de producción más bajo en 2020, estimado en 11,5 mill. hl (-4 %) debido a la sequía y a los incendios forestales, mientras que en Nueva Zelanda (2,9 mill. hl, -2 %) las expectativas sobre la producción de vino son similares, en líneas generales, con las cifras de 2019, o apenas inferiores.
Por supuesto, estas son estimaciones preliminares que deben interpretarse con precaución, especialmente, considerando las circunstancias excepcionales que estamos atravesando actualmente, indican desde la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Impacto del COVID-19 en el sector del vino
En esta fase inicial, la información y los datos estadísticos disponibles son insuficientes para proporcionar un pronóstico preciso y poder anticipar el escenario de la situación del vino y del sector vitivinícola en el futuro. Sin embargo, gracias al contacto permanente con los Estados miembros de la Organización, la OIV tiene cierta información cualitativa a su disposición.
Los comentarios recibidos por parte de los Estados miembros reflejan un cambio radical o un traspaso entre los canales de distribución. El balance general previsto es una disminución en el consumo, una reducción en los precios medios y, en consecuencia, una disminución general en el valor de los ingresos, los márgenes y, finalmente, las ganancias totales de las bodegas.
En lo concerniente a las exportaciones, las economías en recesión no son un mercado prometedor y, durante esta pandemia, los principales países consumidores han sido los más afectados. Los flujos comerciales pueden recuperarse junto con la economía, pero podrían generarse cambios permanentes.
El consumo de alcohol también se encuentra en debate. Los mensajes sobre los efectos positivos del consumo de vino resultan totalmente inaceptables e irresponsables. Lo mismo cabe decir sobre la difusión, en estas circunstancias, de afirmaciones generales o mensajes sesgados que son resultado de inquietudes ideológicas sobre el consumo de vino, como la abstención.
El trabajo de la OIV sigue el Plan Estratégico aprobado por la Asamblea General en octubre de 2019 que abarca un periodo de cinco años hasta 2024. Así matizan que «en el contexto actual, los objetivos y las metas de la OIV deben acompañar las necesidades que esta crisis ha puesto de manifiesto».
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