Es tiempo de vendimia, para algunas zonas ya lo es o ha sido y para otras en breve lo será. España y otras zonas productoras están con la vista puesta en el cielo y en la viña. Y ya hay quien se atreve aventurar algunas cifras.
Diversas organizaciones dan una visión de cómo se presenta la actual campaña y qué posibles resultados puede tener. España y Francia e Italia, principales países productores de vino en el mundo están bajo la lupa.
Previsiones en España y Europa, desde la perspectiva deCooperativas Agro-alimentarias
En España se espera un -22,5% menos que la campaña anterior
Cooperativas cifra las previsiones en el ámbito nacional en 39 millones de hl, lo que supone una campaña media-baja respecto a los cinco últimos años; es decir, un -22,5% menos que la campaña anterior, ya que la práctica totalidad de las Comunidades Autónomas obtendrán un descenso, más acentuado en el centro y sur peninsular que en el Levante y el tercio norte, estas últimas regiones menos afectadas por la sequía; aunque esta cifra estará muy condicionada por la principal Comunidad Autónoma productora que es Castilla-La Mancha.
Francia e Italia
En el contexto europeo, tras las primeras previsiones realizadas por el Ministerio de Agricultura francés el pasado 19 de julio, de 44,6 millones de hl de vino, se volvería a niveles de producción medios, al disminuir respecto a la importante cosecha del año pasado un -10% (debido en general a la lluvia y frío en pleno período de floración de todas las regiones galas, y a las olas de calor que afectaron al centro, Languedoc-Rousillon y Valle del Ródano), configurando una cosecha media respecto a los últimos cinco años.
Tanto Francia como Italia -esta última volviendo también a una cosecha media que rondaría los 50 millones de hl, aunque aún no se han emitido previsiones oficiales-, al igual que España, esperan un aumento de existencias de producto sin retirar de la campaña pasada. Por tanto, desde Cooperativas se espera una producción europea cercana a los 165-167 millones de hl, ligeramente por debajo de la media de las últimas cinco campañas (168 mill. hl), y un -11% menos que la campaña pasada en la que se rozó el record del presente siglo con 189,1 millones de hl de vino y mosto.
Ante dichos datos, Juan Fuente, portavoz sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha ha hecho especial hincapié ante las bodegas cooperativas de Castilla-La Mancha “que con la bajada productiva que corregiría el desequilibrio provocado en la pasada campaña, compensando las existencias acumuladas del año anterior, esperamos abastecer el mercado de la próxima campaña 2019/20 con productos diferenciados y de calidad, con el fin de captar mayor valor y reconocimiento en los mercados vitivinícolas internacionales”, resaltando también “que sigue siendo necesario dar un mensaje de moderación, en cuanto a los rendimientos agronómicos en los regadíos, y la necesidad de incidir en normas que incentiven la autorregulación del sector ajustando en calidad y en cantidad lo que seamos capaces de colocar en el mercado a precios remunerativos”.
Posibles escenarios de la campaña vitivinícola en España según el OeMv
Con las cifras de existencias a mayo del 2019 y una estimación relativamente optimista de ventas hasta julio, para el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) la actual campaña podría terminar con unos 38 millones de hectolitros en stock, que suponen entre 7 y 8 millones más que a igual fecha del año anterior y entre 4 o 5 millones más que la media de los últimos años.
Una producción de entre 44 y 48 millones de hectolitros – pese a ser aún muy arriesgada cualquier estimación por lo que pueda pasar en las próximas y decisivas semanas – llevaría las disponibilidades totales a una horquilla entre 82 y 86 millones de hectolitros, señalan.
Son «disponibilidades, elevadas o no, dependiendo de las producciones en nuestros principales competidores y clientes (Francia e Italia), del consumo en el mercado interior, los mercados del mosto, alcoholes y otros productos vitivinícolas, así como del conjunto de las exportaciones de la próxima campaña». Así destacan que «mucho vino en España pero gran necesidad en nuestros principales clientes supondría buenas ventas».
Y añaden en una infografía elaborada por el OeMv: «Si el total de la demanda (usos) posibles de la próxima campaña fuera de entre 42,8 Mhl y 47,7 Mhl, pero las disponibilidades al inicio estuvieran entre 82 y 86 Mhl…». Nos encontraríamos ante dos escenarios posibles:
- En el mejor de los escenarios, con disponibilidades bajas (82Mhl) y muchos usos (47,7Mhl)… acabaría la campaña con stocks de 34,3 Mhl.
- En el peor de los escenarios, con mucho vino disponible y poca demanda… finalizaría la campaña con más de 43 Mhl.
El análisis de Unión de Uniones: la campaña de vino no debería tener especiales problemas “salvo que se provoquen artificialmente”
La sectorial vitivinícola de Unión de Uniones, tras analizar los datos y previsiones para la presente campaña vitivinícola considera que no debería haber especiales problemas «salvo que se creen artificialmente», ya que una cosecha media-corta tanto a nivel nacional como en la UE y el buen ritmo de salidas, debería compensar los stocks de inicio de campaña superiores a años anteriores. La organización reclama una acción inspectora rigurosa para acabar con las irregularidades que lastran su funcionamiento.
Según los datos barajados por Unión de Uniones, la sequía y diversos episodios graves de pedrisco, pueden dejar una vendimia del orden de los 39-40 millones de hectólitros a nivel nacional, que es una cosecha casi un 20 % por debajo de la anterior y aproximadamente un 6 % inferior a la media de los cinco años anteriores.
Los otros dos principales países de la UE tampoco tienen buenas producciones. En el caso de Francia estaría en el entorno de los 43 millones de hectólitros, inferior a su media de los últimos años si se descuenta la excepcionalmente mala del 17. También Italia volvería a sus niveles medios de alrededor de 49-50 millones de hectólitros y, en definitiva, todo ello dejaría la cosecha europea en valores de unos 165 millones de hectólitros.
Esta producción moderada debería compensar un alto nivel de existencias que, efectivamente, son superiores a los habituales y que a finales de junio se situaban en 41,8 millones de hectólitros, aunque desde la sectorial se ha apuntado que la cifra se reducirá en el enlace de campaña de manera significativa por las salidas de vino, que se han acelerado durante julio y se podrían reducir hasta los 36-37 millones de hectólitros.
Unión de Uniones considera que, en consecuencia, no debe ser la 2019/2020 una campaña especialmente problemática, «salvo que artificialmente se busque crear problemas». En este sentido a Unión de Uniones le llama poderosamente la atención los anuncios que, incluso desde algunas organizaciones agrarias, se han hecho de «ruinosas» caídas del precio de la uva o de que se va a llegar a unos «precios hundidos» y considera que no juegan en favor de los intereses de los viticultores, sino todo lo contrario.
«Es innegable que en el vino sin indicación geográfica tenemos desequilibrios del mercado«, apuntan desde la organización, «pero no se debe andar jugando a culpabilizar de ello y penalizar a los viticultores que se han visto empujados a intentar hacer sus explotaciones más competitivas, mientras no se erradiquen prácticas irregulares que pesan sobre el mercado y se meta mano de verdad al mal funcionamiento de la cadena alimentaria».
Vigilancia sobre los contratos
La organización, en respuesta a un escrito remitido en días pasados a la AICA ha sido informada de que el «Programa de controles in situ» de la Agencia se iniciará en la última semana de agosto con objeto de comprobar a pie de bodega tanto la existencia de contratos, como que estos reúnen los requisitos mínimos exigidos por la Ley 12/2013. La AICA hará especial hincapié en el precio, comprobando las entregas para verificar el cumplimiento de las condiciones pactadas.
Unión de Uniones recuerda también que debe respetarse el pago en el plazo de 30 días desde la finalización de la entrega de la uva, tal y como obliga la Ley 3/2004, de 29 de diciembre, de lucha contra la morosidad, y que solo en el caso de que uvas que pueden destinarse a vinos acogidos a figuras geográficas o de calidad, se puede aplazar hasta la validación de la cosecha el sobreprecio que pueda corresponder si la producción es calificada.
Las prácticas irregulares en el punto de mira
Ante determinadas tramas de fraude en el sector del alcohol puestas en evidencia en los medios de comunicación, Unión de Uniones reclama de las Administraciones «todo el rigor» en la aplicación del protocolo del Plan Coordinado de Control Oficial de Alcohol y Destilados de Origen Vínico impulsado por el Ministerio y que tendrán que poner en marcha por primera vez en esta campaña las Comunidades Autónomas.
«Se está intentando inventar la pólvora para regular el mercado, cuando lo primero que hay que hacer es limpiar la suciedad de debajo de la alfombra», han declarado desde la organización. Unión de Uniones maneja datos de las campañas recientes del sector alcoholero que reflejarían un descuadre del balance de entre 28 y 30 millones de litros de alcohol puro, resultado de la diferencia entre unas entradas por destilación de 20-21 millones de litros más 8-10 de importaciones y unas salidas por uso interno de unos 12 millones de litros más unas exportaciones del orden de 48 millones de litros. El descuadre del balance equivaldría a cerca de 3 millones de hectólitros de vino. «Hay circulando en el mercado un volumen de alcohol que pesa como una losa», manifiestan desde Unión de Uniones, «porque es el equivalente a los 3 millones de hectólitros de vino que están ahí y no se sabe de dónde salen, más otros 3 millones de hectólitros de vino que deberían haber ido a alcohol y no se han usado».
La organización ha mantenido contactos con el Ministerio de Agricultura para plantear este asunto, así como una parte del sector alcoholero. «Hay industriales que hacen las cosas bien y que están siendo tan perjudicados como nosotros por esta situación». Unión de Uniones va a seguir insistiendo en que «se meta mano de una vez» a este tema y ha solicitado reuniones con las Comunidades Autónomas encargadas de la aplicación del Plan de Control para hacer un seguimiento de sus resultados.
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