Desde la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos alegan que el nuevo programa de Política Agraria Común (PAC) está diseñado en base a «los intereses» del sector elaborador y comercial, y que los responsables de los fondos y ayudas han olvidado la «cacareada» búsqueda del equilibrio en un sector con tres campañas muy duras. Sobre la rebaja de ayudas a los viticultores desde la organización son tajantes y advierten que: «se está abocando a muchos viticultores al abandono del sus cultivos».
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha criticado duramente que se reduzcan las ayudas a los viticultores y se deriven a las bodegas, según se recoge en el presupuesto recogido y hecho público el pasado 27 de octubre en el Boletín Oficial del Estado (BOE), referido a la Intervención Sectorial Vitivinícola en el marco del Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (PAC).
Así, por medio de un comunidado, la organización agraria ha reprobado que en esta intervención se ha hecho pública la reducción de los fondos que inciden de manera directa en los agricultores en 12 millones de euros, apoyando las medidas referidas a promoción e inversiones y destinadas a las bodegas que se incrementan en 5,59 millones de euros, sin ninguna garantía de que tales apoyos redunden en la mejora de precios y rentabilidad de los viticultores.
La organización agraria no comparte la idea que se recoge en la exposición de motivos del Real Decreto y que señala: “en conclusión, el sector vitivinícola en España precisa de un cambio de orientación para potenciar la venta del vino producido así como incrementar su valor añadido. Así, para dar mejor respuesta a través de esta intervención, parece aconsejable focalizar esfuerzos en la promoción en terceros países y las inversiones en bodega”.
En este sentido, destaca que, en contraposición, las medidas específicamente destinadas a la producción de uva de vinificación (reestructuración y reconversión de viñedo y vendimia en verde) se ven minoradas o bien sin dotación presupuestaria alguna.
Unión de Uniones precisa que las medidas no se ajustan a la realidad del sector
Desde la organización también han querido alzar la voz para explicar que, las ayudas destinadas a promoción en terceros países no terminan de ajustar sus condiciones de acceso para promover programas de pequeñas y medianas bodegas, ni se condicionan las ayudas a la existencia de contratos plurianuales en la compra de la uva o vino en origen, con precios remuneradores para la uva y el vino que reflejen un compromiso con el territorio.
Tipo de Intervención | Presupuesto 2023 y siguientes | Presupuestos 2022 y anteriores |
Promoción en terceros países | 55,59 millones € | 50 millones € |
Inversiones | 55,59 millones € | 56 millones € |
Destilación subproductos | 30,32 millones € | 31,80 millones € |
Reestructuración y reconversión de viñedos | 60,64 millones € | 72,53 millones € |
Por lo que concierne a las medida de inversiones, sigue restringiéndose su ámbito de aplicación a las inversiones en bodegas sin orientarlas también hacia las explotaciones vitícolas. En este sentido, Unión de Uniones se muestra muy crítica y explica que en un contexto de puesta en marcha, de los nuevos Eco regímenes derivados de la Reforma de la PAC, no se debería ignorar la conveniencia de ayudas a la inversión ligadas a estas necesidades.
Del mismo modo, la puesta en marcha de otros métodos de cultivo más sostenibles en lo referido al riego, evitar la erosión de suelos, fertilización… tampoco se ve reflejada en la legislación publicada en el BOE.
“Se trata de un programa diseñado en base a los intereses del sector elaborador y comercial, olvidando la tan cacareada búsqueda del equilibrio en un sector con tres campañas muy duras que están abocando a muchos viticultores al abandono del cultivo”, afirman desde la organización.
Por último, la ayuda vinculada la Intervención de destilación de subproductos de la vinificación sigue estando acotada a las destilerías autorizadas por las comunidades autónomas, sin abrir la posibilidad que se arbitren medidas por las que las bodegas puedan llevar a cabo estas tareas establecidas en la reglamentación vigente aplicando los principios de economía circular que permitan revalorizar los subproductos derivados de la destilación, así como alcanzar objetivos medioambientales de diversa índole.