Unión de Uniones se pronuncia acerca de la polémica de los aranceles y demanda «a los políticos que midan sus decisiones para que productores y consumidores no paguen las guerras arancelarias». Añaden que los aranceles en productos agroalimentarios perjudicarían más a la UE que a USA.
Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos lamenta «el clima de tensión generado por la política intimidatoria del presidente de EEUU» y considera que «una guerra comercial va a perjudicar a los ciudadanos de ambas partes implicadas». Ante las guerras arancelarias y el cariz que está tomando la situación comercial con Estados Unidos, pide a los políticos europeos que «tomen decisiones medidas en las represalias a los aranceles anunciados por Trump para evitar que sus consecuencias recaigan sobre el sector productor y los consumidores en productos básicos».

Igualmente cree que «la agroalimentación no debe ser utilizada nunca como moneda de cambio. De momento, EEUU ha amenazado con responder con impuestos en frontera de 200% al vino o el champagne como represalia a las diseñadas para determinadas bebidas alcohólicas americanas, pero existe una gran incertidumbre ante el anuncio de la administración estadounidense de otros aranceles adicionales a productos agrícolas importados, de los que aún no se han especificado los detalles».
La organización agraria recuerda que el balance comercial agroalimentario entre Estados Unidos y la UE es claramente positivo para la Unión Europea, «con unas exportaciones en 2024 de unos 38.000 millones de euros, frente a unas importaciones de unos 14.000 millones». En el caso español, en los últimos 10 años, detallan que «el ritmo de ventas a EEUU se ha incrementado de manera muy importante, por lo que en el trienio 2021-2023 el superávit rondó los 900 millones de euros, mientras que en 2024 se superaron los 1.500 millones de euros». Y advierte que “la guerra nos puede hacer más daño a nosotros que a ellos”.
En todo caso, señalan, también que «los aranceles no los pagan los países, sino los importadores y, por lo tanto, en segunda instancia, los consumidores«. Apuntan que “si las contramedidas europeas se quedasen en las Harley Davidson y los vaqueros Levi´s sería una cosa, pero habrá que ver a cuáles otros productos se extienden y, sobre todo, cómo responde Trump”. Por ello, la organización reclama que «en ningún caso se coloquen aranceles adicionales a productos vitales para el desenvolvimiento normal del sector agrario en los que la UE es deficitario, como la materia prima para piensos ganaderos».
Unión de Uniones insiste en que los agricultores y ganaderos a ambos lados del Atlántico no son los peones de ningún tablero de juego y piden no ser sacrificados en esta partida. “Al final, los aranceles no son un castigo para los gobiernos, sino para las personas” y por eso piden humanizar el conflicto para buscar soluciones negociadas. “La UE debería estar hablando con productores y consumidores de los dos lados y favoreciendo contactos entre ellos”, considera la organización, que opina que los intereses convergentes permitirían hacer presión desde la base a las autoridades y gobiernos respectivos “para acabar pagando el pato los mismos de siempre”.
Sobre este asunto también se han pronunciado las denominaciones de origen que han pedido que se excluya al vino y bourbon de las medidas de represalia a EEUU y ha habido diferentes reacciones en Europa y España.