Viñedo centenario, tradición familiar vitivinícola, vinos que son fiel reflejo de su origen, pasión por la tierra y el trabajo en bodega, estas frases dan una idea de la filosofía de la bodega Valdesil que tiene como buque insignia a Valdesil Godello sobre Lías. Pero hay más: como sus ganas de contar qué se puede encontrar en Valdeorras con el río Sil como exponente, sin olvidar su riqueza geológica y su clima. Y unos vinos fruto de una tradición familiar que rompió moldes y que han heredado para seguir elaborando vinos expresivos y únicos.
La historia de Valdesil es la de una familia ligada al viñedo, a la tierra de Valdeorras y al río Sil. De ahí el nombre de la bodega. De tradición vitivinícola, ya van por la séptima generación que se ocupa de los viñedos y que comenzó con la unión de dos familias de viticultores, por un lado la familia Prada y por otro la Gayoso, que se unieron en matrimonio y por tanto lo mismo ocurrió con la mayor parte de los viñedos que poseían.
Más que paisaje
Una de las características a las que más importancia dan desde esta bodega es que a Valdeorras la atraviesa el Río Sil, «por eso el nombre de la bodega hace referencia a donde estamos, el valle del río Sil, justamente en el corazón del Sil», detalla Borja Prada, director técnico de Valdesil. «Este río que no es muy conocido en España, es el tercero más caudaloso del país, después del Tajo y del Ebro. Es bastante sinuoso, va formando muchos meandros y tiene aproximadamente una longitud de 250 km desde que nace en los picos de Europa hasta que se une con el Miño, en su recorrido tiene un tramo en el que forma una línea recta perfecta de este a oeste, de una longitud de cerca de 10 km», explica Prada.
Y lo que sí diferencia a Valdeorras, que es una singularidad mundial, es su riqueza geológica, por ello recuerda Prada que los primeros en explotar esta riqueza natural fueron los romanos, con las médulas, que eran la mayor explotación de oro del imperio romano: «Y están en un enclave que es la frontera entre el Bierzo y Valdeorras y utilizaron todo el curso del río sil para explotar el oro, también se han extraído minerales curiosos como el wolframio por parte de los alemanes durante la segunda guerra mundial, y cobre, caliza… Y ahora la principal industria minera es la pizarra, que se utiliza para los tejados de las casas, las cubiertas. El 35% de la pizarra que hay en el mundo sale de Valdeorras». Por eso destaca que «es por tanto la zona vitícola del mundo con mayor diversidad geológica«.
En cuanto al clima «dividimos las añadas en atlánticas que es cuando llueve en verano o en mediterráneas, cuando no lo hace. El clima de Valdeorras es una transición entre el mediterráneo y el atlántico. La vegetación lo refleja, es una mezcla de especies mediterráneas y autóctonas».
Una denominación de las más antiguas de España
La Denominación de Origen Valdeorras es una de las más antiguas España, se creó en 1945, pero en Valdesil consideran que es una de las más desconocidas.
«Valdeorras tiene sólo en tormo a 1.200 ha de viñedo», detalla Borja Prada, que añade que es la segunda denominación más pequeña de Galicia, «de las dos variedades con más prestigio que son mencía y godello, de la primera hay 300 ha y de la segunda 369, estas dos suman casi la mitad del viñedo». Y se puede encontrar «garnacha tintorera, palomino fino que también se conoce como Jerez y variedades gallegas como gran negro, sousón, merenzao, vijariego y algunas cepas que no se sabe ni lo que son».
El comienzo de Valdesil fue sorpresivamente con… ¡un tinto!
Francisco Prada Gayoso, el padre de los hermanos Prada (Borja y Raúl), cabezas visibles de la bodega actualmente, adquirió experiencia en La Rioja y al regresar, su idea era la de retomar la tradición familiar vitícola y apostar por las variedades autóctonas gallegas. Fue presidente de las riojanas Bodegas Olarra durante la década de los setenta y creó Valdesil en 1991. Su objetivo: intentar hacer vinos «World Class Wine», es decir vinos de clase mundial, que tuviesen gran calidad para competir con los grandes vinos del mundo.
«A Valdesil se le conoce más por el godello, sin embargo el primer éxito de nuestro padre fue con los vinos tintos, ya que venía de Rioja quería hacer el primer gran tinto de Galicia«, señala Borja Prada. «Así con Valderroa fue el primer éxito que tuvimos, fue un vino que revolucionó Galicia porque fue el primer tinto con calidad», remata.
Pedrouzos, un viñedo plantado en 1885
Pedrouzos es un viñedo especial, porque es el primero que se cultiva en el mundo utilizando solo la variedad godello. «Se plantó por parte de nuestro bisabuelo en 1885 justo después de que la filoxera arrasara todo el viñedo en España, excepto Toro y alguna zona en Portugal y Canarias», precisa Prada. Y decidió plantarlo con una sola variedad, «en contra de lo que era la norma o la tradición en prácticamente todo el mundo. La tradición antes de la filoxera es que fueran coplantaciones de distintas variedades. Lo de los vinos monovarietales es algo moderno. El primer viñedo que hubo en el noroeste peninsular utilizando una sola variedad de uva, fue este, el de Pedrouzos, que milagrosamente aún se conserva».
La explicación sobre sus motivos es simple: «él vinificaba cada parcela por separado, además en aquellos tiempos no había depósitos muy grandes y por tanto había un aspecto logístico en esta decisión. Pero se dio cuenta catando los vinos que los de mayor calidad y los más longevos eran los que más porcentaje de godello tenían. Por ello una vez que tenía que plantar los viñedos decidió decantarse por esta variedad». Y termina con la anécdota de que «en toda la zona de Valdeorras decían que estaba loco».
¡Marchando una de mineralidad!
Prada es un convencido de la mineralidad en los vinos «curiosamente ahora que se habla tanto de la mineralidad en el mundo del vino y hay tanta controversia: si realmente uno es capaz de captar o detectar el tipo de suelo. A mi si me preguntan: ¿existe la mineralidad? Sería lo mismo que si me dijeran que si creo que el cielo es azul, sí, para mi el cielo es azul. Y claro que existe la mineralidad. Hay un gran componente mineral en nuestros vinos. Para nosotros no es ni un olor, ni un sabor, es algo que se siente cuando se traga el vino, hay una sensación muy parecida a la acidez. Es sobre todo una impresión muy al final, una especie de corriente eléctrica que ayuda a ensalzar esa acidez».
Pinceladas de algunos de los vinos que elaboran en Valdesil
Valderroa
Con este vino en Valdesil buscan ese carácter puro y varietal de la mencía, pero aclaran «de la que hay en Valdeorras y Ribeira Sacra, que se le saca un lado mucho más fresco y de fruta más roja que la del Bierzo». Otro nexo de unión: las uvas son de viñedos plantados sobre suelos de pizarra azul. Un vino que el padre de los hermanos Prada quiso hacer ya que venía de su experiencia en Rioja y su propósito era elaborar el primer gran tinto de Galicia.
Valderroa Carballo
Este tinto también 100% mencía fue el primero de esta variedad que se elaboró sometido a una crianza en roble francés. Hasta entonces nadie lo había hecho, Borja Prada detalla que «en la antigüedad la tradición donde se hacían los vinos en Galicia eran en los bocoyes, que eran de madera de castaño, no había tradición en roble».
Sus uvas vienen de los viñedos más viejos de mencía en Valdeorras y que están en unas pendientes extremas. Prada habla de la viticultura heroica, aspecto por el que se conoce a Ribeira Sacra «pero en Valdeorras también tenemos unas pendientes incluso más pronunciadas que en Ribeira Sacra, con una diferencia, allí están aterrazadas, por lo tanto el trabajo es en horizontal, mucho más fácil».
Valteiro
Este vino lleva el nombre de su parcela, cuyo suelo es único en Valdeorras, de cantos rodados. Está hecho con una variedad de uva tinta que se llama María Ardoña, fue el primer viñedo que se plantó con esta variedad en Galicia. «En nuestra familia siempre se consideró que esta variedad era el godello tinto».
Está hecho con una parte de uva sana y otra que sufrió la podredumbre noble. La uva sana se metió en un depósito sin despalillar, se pisó con los pies y la que ha sufrido la podredumbre noble se prensa y el mosto obtenido se introduce en el primer depósito donde estaba la uva sana. Todo ello se deja fermentar y se pasa a una barrica de 500 litros usada donde ya se han fermentado antes vinos blancos y ahí se deja 16 meses. Prada resalta sus aromas «de fruta fresca, roja, entremezclados con unas notas más de pasificación, sale todo el componente que le da esa uva que sí estaba sana, con toda la que había sufrido la podredumbre noble».
Borja Prada: «La estructura de los vinos de Valdesil está basada en la acidez, reflejan muy bien el clima y los suelos que tiene Valdeorras».
Montenovo
Su nombre es un homenaje a las montañas en Valdeorras, novo, quiere decir nuevo, fresco, alegre, joven. «Queríamos capturar justamente la frescura del aire que rodea las montañas de Valdeorras y trasladarlo al vino. Normalmente su mayor atractivo es cuando es más joven, pero tiene capacidad de envejecimiento y longevidad. En concreto en este buscamos el carácter del varietal puro de la godello que tiene una elaboración muy simple, para no perder su esencia».
Valdesil
La peculiaridad de Valdesil es su crianza sobre lías, la primera añada se remonta a 1991 y fue el primer vino blanco de España sometido a una crianza sobre sus lías en depósito. Es 100% godello y las uvas para su elaboración proceden de viñedos propiedad de la familia y están situados en dos aldeas: Portela y Córgomo.
Se macera durante seis horas antes de prensar la uva, las fermentaciones son espontáneas con las levaduras propias de la uva, en acero inoxidable y la crianza con seis meses se realiza en el propio depósito. Las notas tostadas que se pueden detectar «corresponden a la evolución de las lías, no tiene nada de madera», señala Prada.
Prescisamente con este emblemático blanco, su Valdesil Godello Sobre Lías, han estado conmemorando su 25 aniversario durante el año 2017 y aprovecharon para realizar una serie de encuentros con profesionales del vino en distintas ciudades del mundo: Barcelona, Málaga, Madrid, Bilbao, San Sebastián, Londres, Sídney, Hong Kong y Nueva York.
Pezas da Portela
Procede de las 11 parcelas de viñedo que son muy pequeñas y que se encuentran en Portela, siguen la filosofía que empezó su bisabuelo, basada en el concepto de «cru», de vinificar cada parcela por separado. ‘Pezas’ en gallego son las pequeñas fincas que tradicionalmente plantaba esta familia y conforman Pezas da Portela. En estas once parcelas se usa el clon de la antiquísima Pedrouzos.
Cada parcela se vinifica individualmente, una vez que se prensa se deja sedimentar durante 24 horas el mosto y cada parcela tiene su propia barrica, se fermenta en ella, una fermentación espontánea con las propias levaduras que vienen del viñedo y lleva seis meses de crianza en la barrica. Después se hace el ensamblaje, se mezclan todas las barricas, las once y pasan a un depósito de acero donde permanecen un año antes de su embotellado.
En palabras de Borja Prada: «es un vino más complejo y sobretodo hemos ganado en cuerpo, en textura, que resulta cremosa».
Y por cierto fue seleccionado por el reconocido crítico de vinos y gastronomía de The New York Times, Eric Asimov en su selección de los vinos españoles que gustan en Estados Unidos durante su participación en el foro Vinorum Think celebrado durante los salones Alimentaria y Hostelco en su edición de 2018.
Vinos gastronómicos, puro reflejo del clima y los suelos de Valdeorras
«La filosofía que hay detrás de los vinos de Valdesil es hacer unos vinos gastronómicos, que acompañen platos y cuanto más versátiles sean, mejor», resalta Prada. Y remata que «su estructura está basada en la acidez, reflejan muy bien el clima y los suelos que tiene Valdeorras«.