Cau dels Penitents 2019, un monovarietal de viñas centenarias, con crianza en madera de acacia, es el macabeo de la trilogía de viñas viejas de Vins Família Ferrer.
La filosofía de los vinos y cavas de Vins Família Ferrer se centra en la vuelta a los orígenes, el resto de los viñedos viejos, su entorno y una mínima intervención, para lograr elaboraciones únicas. Su vino Cau dels Penitents 2019, es un exponente de estos principios. Este macabeo 100% con crianza en madera de acacia forma parte de la trilogía de viñedos singulares de esta bodega.
Este proyecto comenzó en 2018, gracias a José María Ferrer, cabeza de la quinta generación de esta familia vitivinicultora, a modo de una vuelta a los orígenes, 400 años atrás, en la masía-bodega de la Freixeneda, que data de 1616.
Vins Família Ferrer cuenta con más de 200 hectáreas de viñedo en propiedad en su finca situada en Mediona (Alt Penedés), donde llevan a cabo una viticultura sostenible de mínima intervención en todos sus parajes, a un altitud de entre los 350 y los 715 metros.
Sus vinos expresan la personalidad de cada uno de sus microclimas. Cau dels Penitents forma parte de una trilogía, junto a Camí de Sagraments (100% xarel·lo) y Costers de L’Ànima (100% pinot noir); vinos que son un homenaje a las viñas viejas y a la historia del entorno.
Cavas impregnados de historia y excelencia
De su finca en el Alt Penedés nace Can Sala, el cava más icónico de Família Ferrer, reconocido como Cava de Paraje Calificado, que cosecha éxito internacional. Se trata de un cava de guarda, y con una crianza mínima de 120 meses, que nació en 2004, como una vuelta a los orígenes y a la tradición; un proyecto a modo de agradecimiento hacia todas las personas que han formado parte de la historia de esta familia vitivinícola.
Cau dels Penitents 2019 nace de unas viñas centenarias de macabeo de la finca La Freixeneda, protegidos de los vientos del norte por la Sierra del Penitente. Fermenta y se cría con sus lías durante un año en barricas de 500 litros de acacia. Es la segunda añada de este macabeo, la 2019 vivió la ola de calor, hecho que obligó a reducir la cosecha un 35%, seleccionando sólo las uvas más equilibradas.
Es un vino de color amarillo pálido, con aromas a flores blancas, cítricos y fruta blanca en nariz. En boca es cremoso, complejo, con notas a especias dulces muy sutiles y una buena acidez que lo equilibra.
Sólo se han elaborado 1.800 botellas de esta añada. PVP: 28 €.
Can Sala 2008 es un cava de Paraje Calificado, brut nature y con una larguísima crianza de 160 meses. Se elabora con un 50% de xarel·lo y un 50% de parellada, una proporción que varía según las añadas, para aprovechar lo mejor de cada una de ellas, tal y como explica José María Ferrer.
Es la última añada de un cava que comenzó a elaborarse en 2004, y que desde la de 2008 no ha podido continuar con nuevas creaciones, por los niveles de calidad exigidos, hasta la 2013. Quedan pocas botellas disponibles y aún habrá que esperar un tiempo para que la 2013 esté lista para ver la luz.
Sigue una filosofía de mínima intervención en bodega; las uvas se recogen manualmente y son prensadas en una vieja prensa vertical de madera de 1895. Luego llega su fermentación por gravedad. Las variedades se vinifican por separado en depósitos de 4.000 litros. A continuación, pasa por una crianza de más de 10 años.
Can Sala 2008 presenta un color dorado pálido, con burbujas pequeñas y finas muy continuas. En nariz destacan notas a mieles, fruta madura, panadería y recuerdos tostados. En boca es cremoso, con gran acidez, complejidad de sabores y persistencia.
Se trata de un cava al que se le intuye una gran capacidad de guarda. PVP: 70 €.